"Camino por esta mítica ciudad donde la vida va cargada de matices, de sincretismo entre diversas culturas y corrientes, y multiplicidad de creyentes; voy de negro y mi andar acompasado me permite disfrutar del paisaje urbano que me rodea. Mi vida se sitúa entre la luz y la completa oscuridad, apenas cae en lo intermedio de la penumbra pues coqueteo con las sombras, amo la noche, y, sin embargo, necesito algo de luz para poderlas apreciar.
Mi estilo de vestimenta recrea los ayeres de la época victoriana, donde los caballeros de verdad vivían enamorados del amor, de un poema, un roce o una flor. Acúseme de anhelar un beso no dado o una caricia prohibida, de caminar junto a las lágrimas del corazón y saborear un susurro sin voz. Mi vida se entreteje a las historias que leo y que me llevan de la mano a seguir la senda nostálgica del espíritu inmortal, aquella que generalmente es la culpable de crear poemas, novelas, de anhelar lo no dado.
La nostalgia hermana lejana de la tristeza, es mi musa, mi sensación y el sentido que me hace estar viva; a veces maquillo mi rostro para como espectro deambular por mi ciudad, ver lo olvidado y mirar la vieja arquitectura ahora menospreciada por una modernidad alegórica de nada.
Soy una persona que gusta de las artes, de la danza, del teatro y de todas aquellas manifestaciones que surgen de las mentes creadoras e inquietas de aquellos que como yo, coqueteamos con la oscuridad y la amamos. Me critican por no verme ni vestirme como otros, por no ostentar un título a modo de escudo, o por no aceptar la cotidianidad insípida y sin sabor de la plástica sociedad actual; en verdad no me interesa.
Yo dé por qué camino entre las sombras y bajo el manto de la luna por qué acaricio suspiros nocturnos y entrelazo historias de romance, enarboladas por un coqueteo de lo sacro y lo profano que nada tiene que ver con el materialismo actual; yo dedico mis poemas a la vida, a la muerte y a la nostalgia, a mi musa que aún no llega o a aquella que lucho por no olvidar.
Camino entre la calles de ésta mítica ciudad sabiendo que mi existencia se encuentra en extinción que somos pocos los que aún pugnamos por no ser absorbidos por la idea errónea de una modernidad global y mal entendida, que aniquila el alma y extingue los deseos de vivir.
Ah, nostalgia por la vida y por nosotros mismos, por aquellos tiempos que no volverán, nostalgia por los lugares que han ido cerrando sus puertas y clausurando nuestros espacios de oscura expresión; nostalgia por aquellos que al incorporarse a las filas de la cotidianidad se han visto en la necesidad de olvidar su oscuro corazón… pobres.
Nostalgia por lo que un día fue pero que se aferra cual demonio del mundo subterráneo a uno distinto y cruel, lleno de luces hipócritas.
Nostalgia por lo antiguo, lo profano, lo hereje, lo perfecto, lo enigmático, lo seductor, lo magnánimo, lo eterno, lo gótico."
Tomado de la revista Gótica edición de septiembre 2008
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